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A todos nos ocurren heridas, desde un rasguño divertido en el patio trasero hasta lesiones más graves que requieren atención médica. Pero a la hora de cuidar estas heridas surge la pregunta: ¿es mejor taparlas o dejarlas respirar? Este debate ha estado en curso y la elección que usted haga puede afectar significativamente el proceso de curación.
Nuestro primer instinto suele ser cubrir una herida, y hay buenas razones para ello:
Protección contra contaminantes: una herida cubierta actúa como un escudo contra bacterias y virus dañinos, reduciendo el riesgo de infección. Esto es especialmente crucial para heridas en áreas naturalmente húmedas donde es más probable el crecimiento bacteriano.
Los profesionales de la salud suelen recomendar cubrir las heridas para mantener un ambiente limpio y húmedo, lo que promueve una curación más rápida y eficaz. Esto previene la formación de costras que pueden impedir el proceso de curación.
Cubrir una herida puede minimizar las cicatrices al estimular el crecimiento de nuevas células de la piel, previniendo la formación de cicatrices prominentes.
Un vendaje puede proporcionar amortiguación, proteger la herida de la fricción y reducir las molestias. Esto es crucial para el manejo del dolor en heridas susceptibles.
Tratamiento localizado: Cubrir una herida le permite tratar un área específica sin preocuparse de que los ungüentos se borre.
Aunque pueda parecer contradictorio, dejar que una herida respire también tiene sus ventajas:
El oxígeno es esencial para la curación de heridas y permitir que una herida respire puede mejorar el intercambio de oxígeno, crucial para varias etapas del proceso de curación.
Algunas heridas, especialmente cortes menores, se benefician de la exposición al aire, lo que promueve un secado más rápido y previene el crecimiento bacteriano.
Para algunos, ver la herida es psicológicamente reconfortante, proporciona una sensación de control y alivia la ansiedad.
Dejar que una herida permanezca descubierta puede prevenir reacciones alérgicas o irritación de la piel causadas por vendajes o adhesivos específicos.
En el debate actual, es importante encontrar un punto medio basado en factores individuales y características de la herida:
Comience con agua y jabón suave para eliminar la suciedad y los residuos.
Considere el tamaño, la profundidad y la ubicación para decidir si cubrirlo o dejarlo respirar.
Para heridas más grandes o más profundas, una pomada antibiótica antes de cubrir agrega una capa adicional de protección.
Utilice vendajes o apósitos esterilizados y cámbielos periódicamente. Los vendajes transparentes son útiles para controlar el progreso.
Esté atento a la herida. Si aparecen signos de infección, consulte a un profesional de la salud de inmediato.
Esto se debe a que la humedad excesiva puede humedecer demasiado la herida y puede introducir bacterias de otras partes del cuerpo. Mantenga la herida seca usando un yeso/protector de heridas o sellándola con una envoltura de plástico Press-N-Seal, y luego pegue con cinta adhesiva una bolsa de basura de cocina sobre la herida/apósito. Si la protección es un desafío, considere optar por un baño de esponja.
Evite el uso de alcohol, peróxido de hidrógeno o jabón común en la herida, ya que pueden ser perjudiciales para la curación de la piel e impedir el proceso de recuperación. En su lugar, utilice únicamente agua salada, agua esterilizada o agua destilada para limpiar la herida.
Aplicar presión sobre la herida puede impedir el proceso de curación. Intente limitar al máximo el tiempo dedicado a su herida. Dependiendo de la ubicación de la herida, es posible que necesites calzado especializado, muletas, andador, cojín, etc.
Controle periódicamente sus niveles de glucosa. Cuando su nivel de azúcar en sangre supera los 140, dificulta el proceso de curación. Vigile de cerca su dieta y cumpla con la medicación prescrita. Si su glucosa permanece elevada, consulte a su médico de atención primaria para analizar estrategias para controlarla.
La proteína forma la base de los factores de crecimiento cruciales para los mecanismos de autocuración del cuerpo. Consuma de tres a cuatro porciones de proteína al día. En casos de niveles de proteínas significativamente bajos, la curación puede verse impedida.
El debate sobre cubrir o dejar respirar una herida continúa, pero la clave es la atención personalizada. La decisión depende de las características de la herida, las preferencias personales y la orientación de los proveedores de atención médica cuando sea necesario. Lo más importante es el cuidado adecuado: mantener las heridas limpias, protegidas de infecciones y fomentar un entorno de curación, ya sea cubiertas con una venda o dejándolas respirar libremente.